Dentro del programa Manifiesto hemos creado SOMOS. ¿Qué es SOMOS?

SOMOS lo creamos entre todas las personas que hacemos Bodegas Franco-Españolas.
SOMOS es nosotros y eres tú, quien también nos dejas que sigamos siendo.
SOMOS nace de nuestro objetivo de abriros nuestra bodega pero también dejaros entrar en nuestro corazón. El corazón de quienes estamos detrás de nuestros vinos, trabajando desde dentro y también desde fuera.
Porque JUNTOS, SOMOS BODEGAS FRANCO-ESPAÑOLAS.

FERNANDO Y ALBERTO

Para cerrar el año de SOMOS, queríamos volver a lo esencial: a la gente que está antes que todo. Antes que la botella, antes que la etiqueta, antes que el brindis. Porque el vino no empieza en una bodega. Empieza en el campo. Y, sobre todo, empieza en quienes lo trabajan. En este capítulo conocemos a Fernando y a Alberto. Dos viticultores, dos generaciones, un mismo viñedo. Y una historia de esas que no necesitan adornos, porque ya vienen cargadas de emoción.

Hay decisiones que se toman con la cabeza. Y otras que se toman con algo más difícil de explicar, llamémosle corazón. Alberto, yerno de Fernando, venía al viñedo a «echar una mano». Empezó como algo temporal y, cuando se quiso dar cuenta, el campo ya le había hecho sitio.

Alberto era en realidad maestro, así que empezó por lo típico: ayudar los fines de semana, echar horas, aprender mirando. Y, aunque jamás se planteó que su vida laboral se desarrollase en el campo, el universo tenía planes diferentes y terminó convirtiéndose en el relevo generacional de su suegro (a pesar de la negativa de su mujer).

Empecé a echarle una mano, venía a podar, venía a subir alambres... Me empezó a picar el gusanito y hasta que llegó el día que tuve que tomar la decisión de si quedarme en el campo o seguir trabajando de maestro.

Fernando lleva ya muchos años trabajando La Picota, un viñedo que en su día fue también de su suegro y que, con paciencia y mucho trabajo, fueron ampliando hasta reunir una finca de dos hectáreas. De esta tierra y estas uvas nace nuestro Bordón D’Anglade Crianza, un vino de edición limitada a 19.996 botellas que rinde homenaje al fundador de Bodegas Franco-Españolas Frèderick Anglade y Saurat.

Historias como las de Fernando y Alberto ponen en contexto algo clave: el campo necesita relevo para seguir vivo. Que ahora Alberto tome el testigo no es solo que alguien continúe, es que ese esfuerzo de años no se pierda, que el conocimiento pase de una generación a otra y que el viñedo siga dando uva, vida y futuro.

Cuando ya llegó el momento de que teníamos que tomar la determinación por mi jubilación, pues él tomó la decisión de, efectivamente, seguir con ello. Que Alberto continúe ¿para nosotros qué ha supuesto? Pues una satisfacción enorme.

Para nosotros, trabajar con viticultores como Fernando y Alberto no es una relación comercial. Es un vínculo que se construye con respeto, con confianza y con tiempo. Es entender que cada vendimia es un trabajo compartido y que cada botella tiene una parte de ellos.

Por eso, queríamos cerrar el año con este capítulo. Porque SOMOS también es esto: reconocer el oficio, el valor de las manos que sostienen el campo y la importancia de que exista relevo, continuidad, futuro.